FLORA  (Jumilla y Yecla)

El carácter más destacado de la vegetación y flora de la Comarca es que presenta una evidente adaptación a la aridez. En su diversidad encontramos un claro eclecticismo, con influencias manchegas (zona norte), levantinas (zona oriental), y murcianas (zona sur).

La variedad de especies ha sido estimada en cifras superiores a 900 taxones. De las especies arbóreas destaca sin duda por

su abundancia el Pino Carrasco (Pinus halepensis), presente en la mayor parte de las serranías. La Encina o Carrasca (Quercus ilex) es mucho más escasa actualmente que en el pasado, debido a las numerosas talas que han padecido. En el estrato arbustivo predominan los matorrales de Enebro (Juniperus oxycedrus), Sabina (Juniperus phoenicea), Coscoja o Chaparra (Quercus coccifera), Lentisco (Pistacia lentiscus), Romero (Rosmarinus officinalis), Jaras (Cistus), Espinos (Rhamnus); Del “matorral noble” sólo hay buena representación  en las umbrías más frescas: Madroño (Arbustus unedo), Durillo (Viburnum tinus), Madreselva (Lonicera) etc.

En estracto herbáceo, encontramos el omnipresente Esparto (Stipa tenacissima).

Las zonas de mayor interés botánico se encuentran en las sierras de mayor altitud (Carche y Salinas), donde predominan las extensas masas forestales de coníferas, encinares y matorral noble. No obstante, tienen también un alto interés los olmedas, los encinares de la llanura del norte comarcal (Varahonda, Derramadores, etc..) y las numerosas especies endémicas del levante presentes en los suelos salinos de los cabezos del Morrón, La Rosa, Algezares, etc..

Las especies estrictamente protegidas en la Comarca del Altiplano son el Olmo, Rusco y Caralluma, contempladas en la Orden de 17-2-1989, sobre protección de especies de la flora silvestres de la Región de Murcia. Otras especies protegidas, son la Encina, Coscoja, Acebuche, Madroño, Enebro y Sabina.

 

FAUNA (Jumilla y Yecla)

Aunque la fauna silvestre de Jumilla no es especialmente abundante, si que se caracteriza por una rica biodiversidad. Entre las aves, encuentran condiciones favorables para su presencia, rapaces como el aguilucho cenizo, el halcón peregrino, águila perdicera, el águila real, el cernícalo vulgar, el mochuelo, el búho real, y otros pájaros de pequeño tamaño como el alcaraván, elcarbonero común, el colirrojo tizón, o la curruca cabecinegra. De la misma forma, también es abundante la perdiz.

 

Entre los mamíferos destacan los depredadores de mediano tamaño como la comadreja, el tejón, la garduña, el gato montés, aunque el más abundante, sin duda, es el zorro omnipresente en toda la geografía regional. También son abundantes los roedores como la liebre, el conejo, o lirón careto.

Mediante la caza se ha provocado la extinción de muchas especies (Oso, Cabra montés, Ciervo, Lobo, Quebrantahuesos, Buitre leonado, etc.) o la merma grave en las poblaciones de otras (Lince, Águila perdicera, etc..) No obstante, factores como la baja densidad de población humana y la gran extensión de zonas todavía poco alteradas, permiten que se sustente una fauna silvestre caracterizada por una rica biodiversidad, con más de 250 especies de vertebrados.

 

Las zonas de mayor interés faunístico se encuentran en dos tipos de ecosistemas:

  • Sierras, especialmente las de mayor altitud (Carche y Salinas) y abundancia de cantiles rocosos (Arabí, Sierra Larga, etc..) donde se presentan todas las grandes rapaces y la fauna de bosque y matorral.
  • Las áreas de estepa (extensas llanuras dedicadas al cereal o al pasto) del norte y oeste comarcal (Derramadores, en Yecla; cañada de Albatana y del Águila, en Jumilla). Aquí se presentan especies tan valiosas como la Avutarda, Cernícalo primilla, Sisón, Ortega, etc..

Entre las Especies en Peligro de Extinción, cabe citar: Cernícalo primilla (Faloc naumanni) Avutarda (Otis tarda), Lince (Lyxn pardina).

Además encontramos Especies Vulnerables: Sisón (Tetrax tetrax), Ortega (Pterocles orientalis), Murciélago  mediano de herradura (Rhinolophus mehelyi);

Y dentro de las clasificaciones, citamos a las Especies de Interés Especial: Águila culebrera (Circaetus gallicus), Águila real (Aquila chrysaeos), Halcón peregrino (Falco peregrinus), Paloma zurita (Columba corax), Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), Murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum), Murciélago de pequeña herradura (Rhinolophus hipposideros), Murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale), Garduña (Martes foina), Tejón (Meles meles), Gato montés (Felis silvestris).

FLORA (Abanilla y Fortuna)

Las características climáticas y la orografía condicionan en buena medida la vegetación presente en la zona. Como regla general, la escasez e irregularidad de precipitaciones y las altas temperaturas determinan la existencia de una flora peculiar, propia de ambientes mediterráneos, adaptada por lo general a condiciones de calor y sequía.

No obstante lo accidentado de la topografía, la presencia de ramblas, umbrías y afloramientos de agua permiten la existencia de distintos hábitats.

Los ríos son aquí escasos,  solamente encontramos el río Chícamo y el río Zurca, pero en cambio abundan las ramblas. Los caducifolios de ribera tienen carácter puramente testimonial, pudiendo citarse la presencia de olmos (Ulmur minor) en el nacimiento del Chícamo. Abundan en los ríos carrizo (Phragmites australis) fácilmente reconocible por sus penachos; la caña (Arundo donax); los juncos (Juncus acutus) y la anea (Typha angustifolia), identificable por sus espadañas en forma de puro y muy utilizada en el pasado para la fabricación de sillas. En las ramblas o ríos intermitentes, la vegetación viene dominada por el taray y la adelfa. Son varias especies de taray (taramix) en la región hallándose estrictamente protegida T. boveana;

El paisaje más frecuente en la zona viene constituido por lomas soleadas y desprovistas de árboles, la vegetación que reina  aquí, consiste sobre todo en matorral bajo, y está adaptado a condiciones de prolongadas sequías y elevadas temperaturas. En suelos margosos y arcillosos predomina el esparto (stipa tenacissima), en ocasiones como vestigio de plantaciones que fueron realizadas cuando constituía una materia prima de gran importancia para la fabricación del calzado, papel y tejidos. Fue una planta muy utilizada por los lugareños de la zona ya que con ella elaboraban capazos, cestos, serones, y correajes.

Son muy abundantes las labiadas, generalmente aromáticas sobre todo el romero y el tomillo. El romero (Rosmarinus officinalis) es utilizado como condimento y tiene numerosas aplicaciones en medicina popular (diurético, estimulante o cicatrizante). Bajo el nombre común de tomillo se acogen diversas especies de Thymus sp., y también podemos encontrar la ajedrea (Satureja obovata), cañamillo (Sideritis murgetana); otras plantas que se pueden ver en estas zonas, son la bolaga (Thymelaea hirsuta), la albalaida (Anthyllis cytisoides), utilizada para embojar gusanos de seda; uña de gato (Sedum sediforme); la cebollana o coronilla de fraile (Globularia alypum) de flores azuladas; las siemprevivas (Limonisum sp.), usadas como flor seca; o la esparraguera (Asparagus horridus), cuyos tallos tiernos constituyen un popular alimento. En zonas más elevadas o rocosas se hallan especies como la rascavieja (Lithora fruticosa), la genista (Genista valentina), el gladiolo (Gladiolus illyricus) o la clavellina (Dianthus broteri).

La mayoría de las zonas arboladas son fruto de la repoblación, basada en una sola especie, el pino carrasco (Pinus halepensis). Se trata de una conífera propia de regiones mediterráneas, de crecimiento rápido y muy tolerante a la sequía y las altas temperaturas, lo que ha propiciado el uso de las repoblaciones. Entre las gimnospermas se encuentran, además del pino carrasco, el enebro (Juniperus oxycedrus), del que se obtiene el aceite de la miera, empleado como antiséptico y antiparasitario; y la sabina común (Juniperus phoenicea), que generalmente crece en fisuras rocosas, ambas son especies protegidas.

La única especie representada del género Quercus es la coscoja (Quercus coccifera), cuyas bellotas bastante amargas, han sido empleadas para alimento de ganado. Una de las plantas más características de la zona es el lentisco (Pistacia lentiscus).

En las umbrías por las condiciones térmicas y de humedad, se crean microhábitats lo que permite la existencia de una flora poco usual, así encontramos la cornicabra (Pistacia terebinthus) es una especie muy próxima al lentisco; el mirto o arrayán (Myrtus communis), el espino negro (Rhamnus lycioides), la madreselva es el nombre común de varias especies del género Lonicera, see encuentra en barrancos y lugares húmedos y sombríos, es una planta trepadora. El madroño (Arbutus unedo) suele encontrarse en ambientes frescos, su presencia es escasa, encontrándose algún ejemplar en la Sierra de la Pila, concretamente en la Umbría de Quibas o en la Sierra del Lúgar.

Por último, haremos referencia a las plantas introducidas por el hombre, pero que han llegado a formar parte indisociable del paisaje, se encuentran la chumbera (Opuntia máxima) y la pita (Agave americana), la palmera datilera (Phoenix dactylifera), cuya imagen es característica de muchas ramblas y ríos de esta zona, y ha dado lugar a que se compare a Abanilla con Palestina.

De entre las plantas cultivadas, se han asilvestrado la alcaparra (Capparis ovata), la higuera (Ficus carica), el granado (Punica granatum), o el algarrobo (Ceratonia siliqua). Además entre las plantas cultivadas por el hombre y adaptadas a las condiciones climatológicas, encontramos el almendro (Prunus amygdalus), el olivo (Olea europaea) y la vid (Vitis vinífera). De su importancia del pasado y aún hoy dan fe la subsistencia de lagares y almazaras en toda la zona.

FAUNA (Abanilla y Fortuna)

Entre las especies más fáciles de observar, encontramos las aves que resultan por lo general más accesibles al excursionista, así debemos destacar, como especies cinegéticas, la abundantísima perdiz roja (Alectoris rufa), la paloma torcaz (Columba palumbus) y la tórtola común (Streptopelia turtur). Otra aves comunes son el abejaruco (Merops apiaster), de llamativos colores; la lavandera blanca (Motacilla alba); al abubilla (Upupa epops); los alcaudones (Lenius sp.); y el carbonero común (Parus major), que nidifica en los pinares de repoblación, por lo general bastante pobres en cuanto a la presencia de vertebrados.

Entre las rapaces nocturnas es frecuente el mochuelo común (Athene noctua), el búho real (Buho búho) que anida en acantilados.  En cuanto a las rapaces diurnas, se puede avistar en la zona influenciada por la Sierra de la Pila, merodeando el águila perdicera (Hieraetus fasciatus), el águila calzada (H. Pennatus), el ratonero común (Buteo buteo), el águila real (Aquila chrysaetos), el azor (Accipiter gentilis), el halcón peregrino (Falco peregrinus) y el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus).

Entre los mamíferos destacan por su abundancia el conejo (Oryctolagus cuniculus) y la liebre (Lepus granatiensis). Otros mamíferos de los que da cuenta la bibliografía son las ardillas (Sciurus vulgaris), la gineta (Genetta genetta), el gato montés (Felis sylvestris), el tejón (Meles meles) o lirón careto (Elyomis quercinus), al tratarse de animales huidizos resulta complicado ver su presencia por estos entornos. En cambio, no resulta tan complicado observar el zorro (Vulpes vulpes). También es abundantísimo el jabalí (Sus scrofa) que suele ir en manadas para buscar alimento sobre todo por la noche, aunque durante el día son más sedentarios.